Publicación exclusiva sobre la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres
CONTCTO
 

EL MISTERIO DE GIZEH

 

En busca de la verdad acerca de la Esfinge y las pirámides de Egipto

Las evidencias indican

que la antigüedad de las pirámides y la Esfinge es

mucho mayor.

GUILLERMO D. GIMÉNEZ

GUILLERMO D. GIMÉNEZ

Argentina

gdgneco@yahoo.com

 

 

Monumentos de eternidad

 

Egipto está situado al norte del continente africano, contando con una superficie de 994.000 km2 de los que solamente 36.000 son cultivables. Su longitud es de 1.025 km de Norte a Sur y se divide en tres zonas naturales: el Bajo Egipto formado por el delta del Nilo desde el Mediterráneo a El Cairo, el Alto Egipto desde El Cairo hasta Assuán, y Nubia, desde el sur de Assuán hasta el Sudán.

 

El Nilo es el río más largo del mundo, tiene 6.671 km de longitud. Nace en el Lago Victoria, en el centro de África, para desembocar en el Mar Mediterráneo formando un gran delta de 23.000 km2.

 

La amabilidad de los egipcios es sorprendente. La mayoría de ellos habla muy bien el español.

 

El traslado desde El Cairo hasta la necrópolis de Gizeh, cuna de las famosas tres pirámides y la Esfinge, dura aproximadamente media hora. Nos separan sólo 17 km desde el oeste de El Cairo. Allí ya advertíamos la majestuosidad de estas obras milenarias, ubicadas en esta elevada meseta rocosa.

 

¿Quiénes las construyeron?, ¿cómo?, ¿para qué?, ¿qué edad tienen?  Éstos son sólo algunos interrogantes principales que rodean a las mismas. Pero últimas investigaciones científicas descubrirían misteriosas cámaras en éstas, como así también confirmarían una edad mucho más antigua de lo que oficialmente se cree.

Estos descubrimientos llamaron la atención de toda la comunidad científica mundial, sumando así nuevos misterios a los ya existentes.

 

              

 El  autor  en la explanada de Gizeh, Egipto. Se observa desde esta vista panorámica las  tres pirámides.

De izquierda a derecha, Kheops, Kefrén y Micerinos. Foto © Guillermo D. Giménez

 

La Pirámide de Kheops, la Gran Pirámide, ubicada a casi 460 metros de la segunda pirámide, es la más grande del mundo entero. Tiene una altura de 147 metros y un peso de 6 millones de toneladas. A ésta le falta el piramidión. Su construcción perfecta y alineada a los 4 puntos cardinales. Su interior está armado con un complejo sistema de cámaras, túneles, pasillos y galerías. Existen en ésta 3 cámaras, una subterránea y dos en la superestructura, la “Cámara del Rey” (cuyo sarcófago se encontró vacío cuando los árabes la abrieron por primera vez en el 820 AD) y la “Cámara de la Reina”. El sarcófago es mucho más grande que la entrada a la cámara, por tal motivo se supone que se colocó allí antes de que se cerrara el techo. La unión de los bloques y vigas es perfecta; están tan unidos que no se puede pasar una hoja de afeitar entre ellos. De las paredes Sur y Norte de estas cámaras salen dos canales estrechos de 20 x 20 cm. Los de la Cámara del Rey van directo al exterior, mientras que los de la Cámara de la Reina terminan en su interior. Se pensó en un momento que eran canales de ventilación, pero ahora se sabe que se utilizarían con fines rituales y fueron alineados con los sistemas estelares como ya veremos más adelante.

 

Junto a esta pirámide existen otras 3 pequeñas pertenecientes a las esposas del Faraón y 5 fosos de barcos.

 

La Pirámide de Kefrén, construida supuestamente por el Faraón Kefrén  hacia el 2500 a.C., es la única que conserva parte del revestimiento original en su vértice. Está ubicada en el extremo occidental de la calzada y tiene una altura de 143 metros.

Haber ingresado a la misma nos resultó algo mágico y sorprendente. La majestuosidad de su construcción y sus cámaras es algo imponente. La unión de sus bloques y vigas es perfecta. Su descenso y ascenso resulta un poco incómodo y tedioso debido a su ángulo de inclinación y el excesivo calor reinante resultaba ser irrespirable. Junto a ésta existen 5 fosos de barcos.

 

A su izquierda, aproximadamente a unos 410 metros, se halla la tercera pirámide, la más pequeña de todas. Su altura es de 65 metros y se denomina Micerinos, atribuida su construcción al Faraón Micerinos, un hijo de Kefrén. Junto a ésta existen otras 3 pequeñas pirámides pertenecientes a reinas.

 

La Esfinge, tallada en roca viva, mide unos 20 metros de altura por 14 metros de ancho y unos 70 metros de largo. Se sienta con sus patas delanteras extendidas en una cubeta en forma de U. Desde su parte de atrás hasta sus patas delanteras se pueden juntar cuatro canchas de tenis de tamaño normal.

 

Cabeza humana y cuerpo de león, mira al Este por donde sale el Sol, es Centinela de los Misterios Antiguos, y deteriorada a través de los siglos por erosiones naturales y maltratada por vándalos y ladrones, es testigo del paso de varias civilizaciones.

 

Al sur de la Esfinge se encuentra el Templo del Valle, una gran estructura rectangular construida con columnas y dinteles. Se puede observar en éste anchos canalones en la parte superior de los bloques, lo que demuestra que su construcción se realizó en un momento de grandes lluvias. En este templo no existe ninguna inscripción o datos.

 

Justo enfrente de la Esfinge existe otro templo mucho más antiguo que el anterior, es el denominado Templo de la Esfinge. Hay allí 24 columnas y el hecho de que el eje Este-Oeste esté alineado con la Esfinge indica una función astronómica relacionada con la salida y puesta del Sol en los equinoccios. Al igual que el anterior, nadie sabe la fecha exacta de su construcción.

 

 

Investigaciones científicas: últimos descubrimientos

 

Para muchos, esto es quizá una novedad ya que a pesar de lo importante que resulta no tuvo la difusión acorde a los grandes acontecimientos científicos.

 

Ya desde el 1.500 a.C., según algunos registros, se hablaba de cámaras secretas debajo de la Esfinge y en la Gran Pirámide. Los egiptólogos del siglo XIX, habiendo estudiado varias tablas y libros, nos hablaban de cámaras secretas y de la “Sala de los Archivos”, remontándonos a una edad mucho más antigua de lo que se cree.

 

Corría el año 1991 y dos científicos, luego de arduos estudios e investigaciones, concluyeron que la edad de la Esfinge era superior a los 10.000 años.

 

El Dr. Robert Schoch (Profesor de Geología de la Universidad de Boston, EE.UU.) y el egiptólogo John West concluyeron que las profundas fisuras que se pueden observar hoy mismo no son producto de la erosión de arena y viento, sino de agua de lluvia y remontan una edad de 10.500 a.C. para esta estructura.

 

Dos científicos derribarían por completo los principios de la cronología egipcia y los orígenes de la civilización.

 

Gran revuelo se armó al difundir esta noticia de que la Esfinge era anterior a la era dinástica. Sin embargo, la profundidad de las grietas y fisuras producidas por el fluir del agua, nos remontan, en base a evidencias climáticas y geológicas aportadas por rigurosos estudios científicos,  a esa fecha que más tarde se repetiría también para la Gran Pirámide.

 

              

 Nótese el desgaste en el cuerpo de la Esfinge producido por el agua y NO por la erosión del viento y la arena. Foto © Guillermo D. Giménez

 

Ese mismo año, el sismógrafo Dr. Thomas Dobecki descubre, realizando pruebas acústicas alrededor de la Esfinge, una gran anomalía de forma rectangular bajo la pata derecha de la Esfinge. Sus dimensiones, bastante grandes, eran de 9 metros por 12 y de unos  5 metros de profundidad. Su forma rectangular descartaba ser una cavidad natural sino que “pareciera estar hecha por el hombre”, en palabras del propio Dr. Dobecki, quien dejó en claro que estaba buscando allí evidencias de “una civilización perdida y una Cámara Secreta bajo las patas de la Esfinge”.

 

Años más tarde, las investigaciones continuaban. Numerosos arqueólogos y científicos realizaban diversas investigaciones, algunos de ellos “a escondidas” para el público en general.

 

Entre 1995 y febrero de 1997, usando un sofisticado escáner se confirma la existencia de una “cámara” bajo la pata derecha de la Esfinge.

 

Era el Dr. Thomas Dobecki junto al Dr. Schor quienes descubrían no sólo esta cámara sino también un túnel que iba directo hacia la segunda pirámide.

 

¿Era éste la Sala de los Archivos?

 

Lamentablemente, el gobierno egipcio no autorizó a excavar en estos lugares como en otros tantos sitios donde se confirmó la presencia de distintas cámaras y túneles.

 

Es así que en febrero de 1997 Boris Said, utilizando el escáner del Dr. Dobecki, descubre un nuevo túnel  detrás de la Esfinge. La tapa tenía unos 45 centímetros de grosor y a unos 2.5 metros por debajo de ella había un espacio de 2.5 metros de ancho con un techo abovedado, con una inclinación descendente de 25 grados en dirección a la Esfinge.

 

Nuevamente el gobierno egipcio negaría los permisos para excavar...

 

Otras expediciones científicas llevadas a cabo por la Universidad de Waseda, Japón, empleando técnicas microgravimétricas en el interior de la Gran Pirámide, donde se hacía una especie de radiografía, indicaron la presencia de corredores y cámaras aún no descubiertas en la misma. Asimismo, detectaron, haciendo una exploración electromagnética, reflexiones anormales en la Pirámide (en el interior y en las propias rocas).  Éstas eran algunas de las muchas expediciones que se hacían en el siglo XX descubriendo distintos túneles y cámaras.

 

El 22 de marzo de 1993, el Dr. Rudolf Gantenbrick, ingeniero y especialista en robots y análisis computarizados, bajo los auspicios del Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo, y con la cooperación de la Organización para las Antigüedades Egipcias, logra penetrar por primera vez con su robot especialmente diseñado para tal fin, equipado con luces y una cámara de vídeo, al Canal Sur de la Cámara de la Reina en la Pirámide de Kheops. Su recorrido de 65 metros  va cambiando de forma,  el canal pasa  de paredes abruptas a extremadamente lisas, casi pulidas, y se vio detenido al divisar sobre el suelo una pequeña pieza de cobre. El primer metal hallado en la Gran Pirámide. Se observa una misteriosa “puerta” pequeña con 2 pomos de cobre en sus extremos. Se observa además un pequeño hueco en el muro en la esquina inferior derecha. El robot provisto de sistema de guía láser y un sensor capaz de medir el ángulo de inclinación había ingresado por el estrecho canal que mide 20 x 20 centímetros. A las 11.05 horas de la mañana de aquel 22 de marzo, el robot bajo el Proyecto Upuaut se detenía a los 65 metros, luego de dominar la pendiente. Allí estaba esta “puerta” que no sabemos adónde va.

 

Las investigaciones se interrumpieron. El Gobierno egipcio no autorizó a abrir  la misma.

 

¿Por qué tanto misterio? ¿Sabremos algún día que hay detrás de esto? ¿Autorizará el gobierno egipcio a abrir esta puerta?, o... ¿ya la han abierto?

 

En 1872 los hermanos Dixon exploraron el Canal Norte colocando en su interior una vara de metal que quedó atascada. El Dr. Gantenbrick fue incapaz de llevar su robot hasta el final del camino, ya que quedó allí atascada la vara de los Dixon.

 

¿Existirá otra puerta en este canal? ¿Adónde nos conducirá?

 

Llevar a acabo una buena investigación resolvería este asunto. Investigación que, supuestamente, no se ha realizado aún.

 

Algunos consideran que durante el año 1998, cuando se cerró el ingreso a la Gran Pirámide para su limpieza, supuestamente, el gobierno egipcio echó un vistazo para ver que había detrás de la famosa “puerta”. Igualmente, recién en julio del 2001 se abrió nuevamente las puertas a la Pirámide de Kefrén, luego de 2 años de mantenerla cerrada al público.

 

La conspiración, sumado silencios y negaciones a futuras investigaciones, continuaba.

 

 

La conexión estelar

 

En 1983, el escritor y egiptólogo Ing. Robert Bauval (coautor junto a Adrian Gilbert y Graham Hancock de El Misterio de Orión y Guardián del Génesis respectivamente, y autor del libro La Cámara Secreta) informaba sobre la Teoría de la Correlación de Orión y la Pirámide de Kheops.

 

Ya los Drs. Virginia Trimble y Alexander Badawi habían demostrado que el Canal Sur de la Cámara del Rey había sido orientado hacia el Cinturón de Orión, el “alma” de Osiris.

 

En 1986, R. Bauval descubre que el Canal Sur de la Cámara de la Reina estaba orientado hacia la estrella Sirio, identificada como la hermana y esposa de Osiris, la diosa Isis, que hizo su aparición en los cielos de este lugar hacia el 10.500 a.C., según los estudios astronómicos. La relación entre las estrellas del Cinturón de Orión (Zeta, Epsilon y Delta Orionis) era evidente. Una conexión astronómica y estelar existía.

 

Bauval encontró, además, características similares entre las tres estrellas del Cinturón de Orión y las tres pirámides. He aquí el esquema en sus partes principales:

 

 

Cinturón de Orión – Pirámides de Gizeh

 

 

·         Las tres estrellas están alineadas en dirección sudoeste mientras cruzan el meridiano.

·         Las tres pirámides están alineadas en dirección sudoeste orientadas al meridión.

 

 

·          La estrella más alta, Delta Orionis, está ligeramente desviada hacia el Este de la diagonal que proyectan las otras dos estrellas.

·         La pirámide del Sur, Micerinos, está ligeramente separada hacia el Este con respecto a la línea diagonal proyectado por las otras dos pirámides.

 

 

·         Delta Orionis es también mucho menos brillante que las otras dos estrellas, las cuales son de una magnitud muy similar (Mag.2.20, comparado con 1.70 1.79).

·          La Pirámide de Micerinos es también mucho más pequeña que las otras dos pirámides, las cuales son de una altura  muy parecida (65 metros comparados con 147 y 143 metros).

 

 

·         La estrella del centro, Epsilon, se encuentra casi equidistante a las otras dos estrellas.

·         La pirámide del medio, la de Kefrén, es casi equidistante a las otras dos pirámides.

 

 

                    

  Constelación de Orión (Celestial Handbook, Robert Burnham Jr., Dover Publications.), y vista aérea de las Pirámides de Gizeh. Para el Ing. Robert Bauval existe una relación de alineación astronómica entre ambas, entre la imagen del cielo y la imagen de la Tierra en Gizeh  durante el año 10.500 a.C.

 

 

 En los “Textos de las Pirámides” la “Vía de Agua Sinuosa” era vista como el homólogo celeste del Nilo. La sinuosidad del Río Nilo describe perfectamente los movimientos de la Vía Láctea con respecto a la Tierra. Más aún, la alineación sudoeste de las tres estrellas relativa al eje de la Vía Láctea cuadra con el alineamiento sudoeste de las tres pirámides relativo al eje del Nilo. También es sorprendente que la distancia de las estrellas con respecto  al eje de la Vía Láctea cuadra – en igual escala -  con la distancia de las pirámides con respecto al eje del Nilo. Para Robert Bauval, éstos son elementos sólidos que indican una relación directa entre el Cinturón de Orión y las Pirámides de Gizeh.

 

La posición de estas estrellas con los canales de la Gran Pirámide apunta directamente al año 10.500 a.C., la misma fecha estimada de edad para la Esfinge, en la “Era del León”. La relación existe; no puede negarse que hay una correlación entre la imagen del cielo  y la imagen de la Tierra en Gizeh para la época del 10.500 a.C., fecha dada a través del software especialmente diseñado para el movimiento de las estrellas denominado SkyGlobe. Diversos factores se interrelacionan en esa fecha para conmemorar “el tiempo primigenio”.

 

En el 2.500 a.C. el canal sur de la Cámara del Rey apuntaba a Zeta Orionis, la estrella más baja del Cinturón de Orión. Utilizando el software citado se comprobó que el punto bajo se alcanzó hacia el 10.500 a.C. cuando el Cinturón de Orión se encontraba a unos 10 grados por encima del horizonte. En el 2.500 a.C. el ángulo de las tres estrellas del Cinturón de Orión era de unos 73 grados con el meridiano, sin embargo el ángulo de las tres pirámides era de 45 grados.

 

Para el año 10.500 a.C. el ángulo de las estrellas de Orión era muy próximo a los 45 grados. La relación se repetía.

 

También en la Esfinge se comprobaba la relación de alineación astronómica. Entre sus patas existe una inscripción que dice “el lugar del tiempo primigenio”.

 

La Esfinge mira al Este, lugar donde el Sol se levanta cada mañana. La estrella Zeta Orionis del Cinturón de Orión cruzó el meridiano en el 10.500 a.C., lo que significa que el punto vernal (lugar que ocupa el Sol en el cielo en los equinoccios) estaba sobre el horizonte justo en el Este, en perfecta alineación con la Esfinge. Asimismo, la constelación zodiacal de Leo estaba localizado hacia el Este. Sin duda alguna, la Esfinge estaba apuntando hacia el Cinturón de Orión en el año 10.500 a.C. cuando se encontraba en su punto más bajo en el meridiano sur en plena Era del León.

 

Para el escritor y egiptólogo Robert Bauval,  todos estos datos no pueden ser atribuidos a la “casualidad”. Son demasiados los factores que se interrelacionan entre sí. Nos dice en “La Cámara Secreta”: “Existe y sigo convencido de que los antiguos que diseñaron Gizeh intentaron fijar una fecha para conmemorar el ‘tiempo primigenio’  o la ‘Edad de Osiris’ y que esta fecha fue alrededor del 10.500 a.C.”.

 

 

             

 Correlación a una misma escala de la dirección suroeste de las pirámides con respecto al eje de la correlación del Nilo al eje X-X´del Cinturón de Orión, con respecto al eje de la Vía Láctea. (“La Cámara Secreta”, R. Bauval)

 

 

Hoy sabemos que todo lo que existe en la meseta de Gizeh, pirámides y Esfinge nos describe el Universo tal y como lo vieron sus constructores.

 

El año 10.500 a.C. y más atrás aun según otros estudios científicos, nos marcan el inicio de una civilización perdida que nos dejaron sus huellas a través de sus monumentos y escritos, certificando la relación estelar con el hombre de aquellas épocas, verdaderos profesionales en Arquitectura, Astronomía y Tecnología.

 

Protagonistas vivas, la Esfinge, las pirámides de Kheops, Kefrén y Micerinos (o Khufu, Khafre y Menkaure), son testigos de varias civilizaciones, una perdida en la noche de los tiempos, junto a la faraónica, la griega, la romana y quizás también puedan ver la nuestra …

 

 

 

EL AUTOR  es Analista en Sistemas y especializado en estudios de Ciencias Naturales. Investiga el fenómeno OVNI desde 1977. Sus trabajos han sido publicados en diversas revistas especializadas así como en diferentes sitios web.

 

 

© Guillermo Daniel Giménez – Derechos reservados.

 Reproducido con permiso expreso del autor

 

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