Monumentos de eternidad
Egipto está situado al norte del continente
africano, contando con una superficie de 994.000 km2
de los que solamente 36.000 son cultivables. Su longitud
es de 1.025 km de Norte a Sur y se divide en tres zonas
naturales: el Bajo Egipto formado por el delta del Nilo
desde el Mediterráneo a El Cairo, el Alto Egipto desde
El Cairo hasta Assuán, y Nubia, desde el sur de Assuán
hasta el Sudán.
El Nilo es el río más largo del mundo, tiene
6.671 km de longitud. Nace en el Lago Victoria, en el
centro de África, para desembocar en el Mar Mediterráneo
formando un gran delta de 23.000 km2.
La amabilidad de los egipcios es
sorprendente. La mayoría de ellos habla muy bien el
español.
El traslado desde El Cairo hasta la
necrópolis de Gizeh, cuna de las famosas tres pirámides
y la Esfinge, dura aproximadamente media hora. Nos
separan sólo 17 km desde el oeste de El Cairo. Allí ya
advertíamos la majestuosidad de estas obras milenarias,
ubicadas en esta elevada meseta rocosa.
¿Quiénes las construyeron?, ¿cómo?, ¿para
qué?, ¿qué edad tienen? Éstos son sólo algunos
interrogantes principales que rodean a las mismas. Pero
últimas investigaciones científicas descubrirían
misteriosas cámaras en éstas, como así también
confirmarían una edad mucho más antigua de lo que
oficialmente se cree.
Estos descubrimientos llamaron la atención
de toda la comunidad científica mundial, sumando así
nuevos misterios a los ya existentes.
El autor en la explanada de Gizeh, Egipto. Se observa
desde esta vista panorámica las tres pirámides.
De izquierda a derecha, Kheops, Kefrén y Micerinos. Foto
© Guillermo D. Giménez
La Pirámide de Kheops, la Gran Pirámide,
ubicada a casi 460 metros de la segunda pirámide, es la
más grande del mundo entero. Tiene una altura de 147
metros y un peso de 6 millones de toneladas. A ésta le
falta el piramidión. Su construcción perfecta y alineada
a los 4 puntos cardinales. Su interior está armado con
un complejo sistema de cámaras, túneles, pasillos y
galerías. Existen en ésta 3 cámaras, una subterránea y
dos en la superestructura, la “Cámara del Rey” (cuyo
sarcófago se encontró vacío cuando los árabes la
abrieron por primera vez en el 820 AD) y la “Cámara de
la Reina”. El sarcófago es mucho más grande que la
entrada a la cámara, por tal motivo se supone que se
colocó allí antes de que se cerrara el techo. La unión
de los bloques y vigas es perfecta; están tan unidos que
no se puede pasar una hoja de afeitar entre ellos. De
las paredes Sur y Norte de estas cámaras salen dos
canales estrechos de 20 x 20 cm. Los de la Cámara del
Rey van directo al exterior, mientras que los de la
Cámara de la Reina terminan en su interior. Se pensó en
un momento que eran canales de ventilación, pero ahora
se sabe que se utilizarían con fines rituales y fueron
alineados con los sistemas estelares como ya veremos más
adelante.
Junto a esta pirámide existen otras 3
pequeñas pertenecientes a las esposas del Faraón y 5
fosos de barcos.
La Pirámide
de Kefrén, construida supuestamente por el Faraón
Kefrén hacia el 2500 a.C., es la única que conserva
parte del revestimiento original en su vértice. Está
ubicada en el extremo occidental de la calzada y tiene
una altura de 143 metros.
Haber ingresado a la misma nos resultó algo
mágico y sorprendente. La majestuosidad de su
construcción y sus cámaras es algo imponente. La unión
de sus bloques y vigas es perfecta. Su descenso y
ascenso resulta un poco incómodo y tedioso debido a su
ángulo de inclinación y el excesivo calor reinante
resultaba ser irrespirable. Junto a ésta existen 5 fosos
de barcos.
A su izquierda, aproximadamente a unos 410
metros, se halla la tercera pirámide, la más pequeña de
todas. Su altura es de 65 metros y se denomina
Micerinos, atribuida su construcción al Faraón
Micerinos, un hijo de Kefrén. Junto a ésta existen otras
3 pequeñas pirámides pertenecientes a reinas.
La Esfinge, tallada en roca viva, mide unos
20 metros de altura por 14 metros de ancho y unos 70
metros de largo. Se sienta con sus patas delanteras
extendidas en una cubeta en forma de U. Desde su parte
de atrás hasta sus patas delanteras se pueden juntar
cuatro canchas de tenis de tamaño normal.
Cabeza humana y cuerpo de león, mira al Este
por donde sale el Sol, es Centinela de los Misterios
Antiguos, y deteriorada a través de los siglos por
erosiones naturales y maltratada por vándalos y
ladrones, es testigo del paso de varias civilizaciones.
Al sur de la Esfinge se encuentra el Templo
del Valle, una gran estructura rectangular construida
con columnas y dinteles. Se puede observar en éste
anchos canalones en la parte superior de los bloques, lo
que demuestra que su construcción se realizó en un
momento de grandes lluvias. En este templo no existe
ninguna inscripción o datos.
Justo enfrente de la Esfinge existe otro
templo mucho más antiguo que el anterior, es el
denominado Templo de la Esfinge. Hay allí 24 columnas y
el hecho de que el eje Este-Oeste esté alineado con la
Esfinge indica una función astronómica relacionada con
la salida y puesta del Sol en los equinoccios. Al igual
que el anterior, nadie sabe la fecha exacta de su
construcción.
Investigaciones
científicas: últimos descubrimientos
Para muchos, esto es quizá una novedad ya
que a pesar de lo importante que resulta no tuvo la
difusión acorde a los grandes acontecimientos
científicos.
Ya desde el 1.500 a.C., según algunos
registros, se hablaba de cámaras secretas debajo
de la Esfinge y en la Gran Pirámide. Los egiptólogos del
siglo XIX, habiendo estudiado varias tablas y libros,
nos hablaban de cámaras secretas y de la “Sala de los
Archivos”, remontándonos a una edad mucho más antigua de
lo que se cree.
Corría el año 1991 y dos científicos, luego
de arduos estudios e investigaciones, concluyeron que la
edad de la Esfinge era superior a los 10.000 años.
El Dr. Robert Schoch (Profesor de Geología
de la Universidad de Boston, EE.UU.) y el egiptólogo
John West concluyeron que las profundas fisuras que se
pueden observar hoy mismo no son producto de la erosión
de arena y viento, sino de agua de lluvia y remontan una
edad de 10.500 a.C. para esta estructura.
Dos científicos derribarían por completo los
principios de la cronología egipcia y los orígenes de la
civilización.
Gran revuelo se armó al difundir esta
noticia de que la Esfinge era anterior a la era
dinástica. Sin embargo, la profundidad de las grietas y
fisuras producidas por el fluir del agua, nos remontan,
en base a evidencias climáticas y geológicas aportadas
por rigurosos estudios científicos, a esa fecha que más
tarde se repetiría también para la Gran Pirámide.
Nótese el desgaste en el cuerpo de la Esfinge producido
por el agua y NO por la erosión del viento y la arena.
Foto © Guillermo D. Giménez
Ese mismo año, el sismógrafo Dr. Thomas
Dobecki descubre, realizando pruebas acústicas alrededor
de la Esfinge, una gran anomalía de forma rectangular
bajo la pata derecha de la Esfinge. Sus dimensiones,
bastante grandes, eran de 9 metros por 12 y de unos 5
metros de profundidad. Su forma rectangular descartaba
ser una cavidad natural sino que “pareciera estar
hecha por el hombre”, en palabras del propio Dr.
Dobecki, quien dejó en claro que estaba buscando allí
evidencias de “una civilización perdida y una Cámara
Secreta bajo las patas de la Esfinge”.
Años más tarde, las investigaciones
continuaban. Numerosos arqueólogos y científicos
realizaban diversas investigaciones, algunos de ellos “a
escondidas” para el público en general.
Entre 1995 y febrero de 1997, usando un
sofisticado escáner se confirma la existencia de una
“cámara” bajo la pata derecha de la Esfinge.
Era el Dr. Thomas Dobecki junto al Dr. Schor
quienes descubrían no sólo esta cámara sino también un
túnel que iba directo hacia la segunda pirámide.
¿Era éste la Sala de los Archivos?
Lamentablemente, el gobierno egipcio no
autorizó a excavar en estos lugares como en otros tantos
sitios donde se confirmó la presencia de distintas
cámaras y túneles.
Es así que en febrero de 1997 Boris Said,
utilizando el escáner del Dr. Dobecki, descubre un nuevo
túnel detrás de la Esfinge. La tapa tenía unos 45
centímetros de grosor y a unos 2.5 metros por debajo de
ella había un espacio de 2.5 metros de ancho con un
techo abovedado, con una inclinación descendente de 25
grados en dirección a la Esfinge.
Nuevamente el gobierno egipcio negaría los
permisos para excavar...
Otras expediciones científicas llevadas a
cabo por la Universidad de Waseda, Japón, empleando
técnicas microgravimétricas en el interior de la Gran
Pirámide, donde se hacía una especie de radiografía,
indicaron la presencia de corredores y cámaras aún no
descubiertas en la misma. Asimismo, detectaron, haciendo
una exploración electromagnética, reflexiones anormales
en la Pirámide (en el interior y en las propias rocas).
Éstas eran algunas de las muchas expediciones que se
hacían en el siglo XX descubriendo distintos túneles y
cámaras.
El 22 de marzo de 1993, el Dr. Rudolf
Gantenbrick, ingeniero y especialista en robots y
análisis computarizados, bajo los auspicios del
Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo, y con la
cooperación de la Organización para las Antigüedades
Egipcias, logra penetrar por primera vez con su robot
especialmente diseñado para tal fin, equipado con luces
y una cámara de vídeo, al Canal Sur de la Cámara de la
Reina en la Pirámide de Kheops. Su recorrido de 65
metros va cambiando de forma, el canal pasa de
paredes abruptas a extremadamente lisas, casi pulidas, y
se vio detenido al divisar sobre el suelo una pequeña
pieza de cobre. El primer metal hallado en la Gran
Pirámide. Se observa una misteriosa “puerta” pequeña con
2 pomos de cobre en sus extremos. Se observa además un
pequeño hueco en el muro en la esquina inferior derecha.
El robot provisto de sistema de guía láser y un sensor
capaz de medir el ángulo de inclinación había ingresado
por el estrecho canal que mide 20 x 20 centímetros. A
las 11.05 horas de la mañana de aquel 22 de marzo, el
robot bajo el Proyecto Upuaut se detenía a los 65
metros, luego de dominar la pendiente. Allí estaba esta
“puerta” que no sabemos adónde va.
Las investigaciones se interrumpieron. El
Gobierno egipcio no autorizó a abrir la misma.
¿Por qué tanto misterio? ¿Sabremos algún día
que hay detrás de esto? ¿Autorizará el gobierno egipcio
a abrir esta puerta?, o... ¿ya la han abierto?
En 1872 los hermanos Dixon exploraron el
Canal Norte colocando en su interior una vara de metal
que quedó atascada. El Dr. Gantenbrick fue incapaz de
llevar su robot hasta el final del camino, ya que quedó
allí atascada la vara de los Dixon.
¿Existirá otra puerta en este canal? ¿Adónde
nos conducirá?
Llevar a acabo una buena investigación
resolvería este asunto. Investigación que,
supuestamente, no se ha realizado aún.
Algunos consideran que durante el año 1998,
cuando se cerró el ingreso a la Gran Pirámide para su
limpieza, supuestamente, el gobierno egipcio echó un
vistazo para ver que había detrás de la famosa “puerta”.
Igualmente, recién en julio del 2001 se abrió nuevamente
las puertas a la Pirámide de Kefrén, luego de 2 años de
mantenerla cerrada al público.
La conspiración, sumado silencios y
negaciones a futuras investigaciones, continuaba.
La conexión estelar
En 1983, el escritor y egiptólogo Ing.
Robert Bauval (coautor junto a Adrian Gilbert y Graham
Hancock de El Misterio de Orión y Guardián del
Génesis respectivamente, y autor del libro La
Cámara Secreta) informaba sobre la Teoría de la
Correlación de Orión y la Pirámide de Kheops.
Ya los Drs. Virginia Trimble y Alexander
Badawi habían demostrado que el Canal Sur de la Cámara
del Rey había sido orientado hacia el Cinturón de Orión,
el “alma” de Osiris.
En 1986, R. Bauval descubre que el Canal Sur
de la Cámara de la Reina estaba orientado hacia la
estrella Sirio, identificada como la hermana y esposa de
Osiris, la diosa Isis, que hizo su aparición en los
cielos de este lugar hacia el 10.500 a.C., según los
estudios astronómicos. La relación entre las estrellas
del Cinturón de Orión (Zeta, Epsilon y Delta Orionis)
era evidente. Una conexión astronómica y estelar
existía.
Bauval encontró, además, características
similares entre las tres estrellas del Cinturón de Orión
y las tres pirámides. He aquí el esquema en sus partes
principales:
Cinturón de Orión –
Pirámides de Gizeh
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