Salimos aquella mañana del mes de agosto del Hotel Hilton
Ramsés de la ciudad de El Cairo, Egipto, rumbo a la región
de Gizeh, en medio de un calor impresionante.
Contemplábamos el intenso movimiento de la ciudad que lo
tiene las 24 horas del día. El Río Nilo frente nuestro,
también activo con sus barcazas pensando que miles de años
atrás el mismo era recorrido por grandes faraones y
príncipes mientras admiraban su reino.
El viaje es placentero, tomando tan sólo media hora
aproximadamente para llegar a las majestuosas pirámides y la
Esfinge, centinela de Gizeh.
Egipto es visitado constantemente por miles de turistas y
estudiosos de la Arqueología, te “atrapa” al ingresar
a ella. Ya en Gizeh quedábamos mudos al ver la
majestuosidad de estas perfectas construcciones.
Ingresamos a las pirámides y recorrimos sus pasadizos y
cámaras, quedando atónitos por la perfección de estas
maravillas. La Esfinge, sus templos y demás edificaciones
acompañan esta zona ubicada en la meseta rocosa de Gizeh.
¿Quiénes las construyeron?, ¿cuándo?, ¿por qué? Son
interrogantes que nos mantienen a todos sumergidos en un
misterio, a pesar de que la historia oficial nos diga fechas
y hechos que hoy sabemos que no es así.
Sin duda alguna, la Historia deberá reescribirse lo más
pronto posible.

La Esfinge, Centinela de Gizeh
Quiénes, cuándo y por qué la erigieron continúa siendo un
misterio
-Foto: Guillermo Daniel Giménez-
La Esfinge
La Esfinge está tallada en roca viva y es conocida con el
nombre árabe de Abu Hawl, que significa Padre del Terror.
Para algunos estudiosos, como el egiptólogo Selim Hassan,
propone otra etimología a la palabra. Para él existió otra
colonia de habitantes de acuerdo a sus investigaciones que
vivieron cerca de la Esfinge al cual llamaban con el nombre
de “Hwl”, que en egipcio antiguo Bw significa “lugar”.
Los antiguos egipcios también la conocían como Hu y Hor-em-Akher
que significa “Horus en el Horizonte” y en algún
momento también se la llamó “La Imagen viviente de Atón”
o Seshep-Ankh Aton.
La misma mide 20 metros de alto, por 14 metros de ancho y 73
metros de largo. Cabeza humana y cuerpo de león se sienta en
sus patas delanteras extendidas en una cubeta en forma de U.
Mira al Este por donde sale el Sol, es el Centinela de los
misterios de una cultura asombrosa que día a día nos
sorprende con nuevos descubrimientos.
A través de los siglos ha sufrido erosiones naturales y ha
sido maltratada por vándalos y ladrones. Su cara rota, pero
serena, se mantiene erguida e indiferente al paso del
tiempo.
Se cree que la rotura de la nariz fue debido a que los
soldados de Napoleón le dispararon, pero documentos
anteriores ya revelan que la nariz había desaparecido antes
de la llegada del conquistador.
Hoy en día se puede apreciar algún color de pintura en su
rostro.

La
Esfinge de perfil.
Aún hoy se puede observar rastros de pintura en su rostro
-Foto: Guillermo Daniel Giménez-

Guillermo Daniel Giménez parado frente al ingreso de la
Esfinge.
Se puede observar
el Templo de la Esfinge y atrás la Pirámide de Kefrén
Al sur de la Esfinge se encuentra el Templo del Valle, una
gran estructura casi cuadrada construida con columnas y
dinteles, de unos 40 metros de lado. En éstos se puede
observar muchos canalones en la parte superior de los
bloques, lo que demuestra que ha sufrido en algún momento el
desgaste provocado por grandes lluvias.
Pero, ¿cuándo llovió copiosamente en este lugar?
En estos templos no existe inscripción o dato alguno.
Frente a la Esfinge, existe otro templo mucho más antiguo
que el anterior. Es el denominado Templo de la Esfinge donde
hay allí 24 columnas y el hecho de que el eje este-oeste
esté alineado con la Esfinge, indica una función
astronómica relacionado con la salida y puesta del Sol
en los equinoccios.
Nadie sabe aún la fecha exacta de sus construcciones.
Ambos complejos están construidos con grandes bloques de
piedra caliza y eran revestidos con granito por dentro y por
fuera.
Se calcula que algunas de estas piedras llegan a pesar 200
toneladas cada una. No existe en estos complejos piedras
pequeñas, son todas enormes, siendo las más chicas de más de
50 toneladas.
Me sigo preguntando, ¿Cómo levantaban los egipcios estas
piedras? La perfección en las construcciones y el calce
exacto de las mismas es algo impresionante.

Templos que
están alrededor de la Esfinge.
El calce del recubrimiento de granito
sobre estos
templos
es perfecto
-Foto: Guillermo Daniel Giménez-
A
través de los siglos
La Historia nos indica que la Esfinge fue realizada durante
el Imperio Antiguo de Egipto por órdenes del faraón Khafre o
Kefrén, correspondiente a la IV Dinastía. Si bien no hay
indicio o prueba alguna de esto, hoy todo el mundo lo ha
aceptado.
Para el Profesor Ahmed Fakhry, Profesor de Historia Antigua
de la Universidad de El Cairo, “... la Esfinge simboliza
al Rey, y su cara fue tallada con los rasgos de Kefrén”.
Lo insólito de esto es que a la fecha no se han encontrado
los restos o la momia del Faraón Kefrén, entonces no hay
fundamento alguno para aseverar esto, sólo algunas estatuas
pueden asemejarse o no al Rey, depende de cómo lo miren.
¿Entonces?
No hay prueba definitiva que nos indique que es el Faraón.
Otros consideran que la gran Esfinge representa a su padre
Jufú o Kheops, encarnado en Ra, con fuerza y poder cuando
surge por el horizonte.
Para otros, como arqueólogos británicos y franceses que
estudiaron durante 20 años el secreto de la Esfinge,
consideran que la misma fue construida por Djedefre, el
medio hermano de Khafre e hijo del faraón Khufú o Kheops.
Así lo confirmó el francés Vassil Dobred, académico del
Instituto Arqueológico Francés en El Cairo. “Esta es la
primera vez que concluimos tras largas investigaciones, que
la Esfinge fue realizada tras la muerte de Khufu, por su
hijo Djedefre, quien heredó el poder”. Ya que las
características –según él- de Khafre no
corresponden a la cara del monumento.
La Esfinge ha
estado sepultada bajo las arenas por milenios, muchos
estudiosos hoy en día coinciden que la misma ya estaba en
Gizeh desde tiempos ancestrales.
Ya en 1991 y con varios estudios e investigaciones en esta
Región de Gizeh, los investigadores concluyeron que la
Esfinge tiene una edad superior a los 10.000 años.
Entre las garras del monumento existe una Estela de granito
que no corresponde a la construcción de la misma, sino
conmemora los hechos que vivió el Faraón Tutmosis IV
(1401-1391 A.C.) para liberar a la Esfinge de la arena que
la cubría.
La historia nos dice que un día este Faraón (príncipe en su
momento) mientras descansaba cerca de ella, tuvo una visión
en el que la Esfinge se le apareció y le prometió que si la
desenterraba de la arena que la cubría él se convertiría en
Faraón y así lo hizo erigiendo este muro de granito de 2.15
metros.
Se describe con cuerpo de león como plasmación de “una
poderosa fuerza mágica que existió en este lugar desde el
principio del tiempo”.
(Stela of the Sphinx, E.A. Wallis Budge, en A History of
Egypt).
Para Gastón Maspero, Director del Depto. de Antigüedades de
Egipto considera de acuerdo a otra Estela hallada también en
Gizeh, llamada “Estela Inventario” donde se indica
que Kheops, Padre de la Gran Pirámide vio a la Esfinge. Y
este Faraón es predecesor a Kefrén, se desprende que la
Esfinge ya existía desde entonces. Quizá el Faraón Kefrén
restauró a la Esfinge pero no fue el que la construyó.
En The Dawn of Civilization, Maspero dice: “... la
Esfinge podía haber existido desde los tiempos de los
“seguidores de Horus”, una estirpe de seres semidivinos y
predinásticos que, según creencia de los antiguos egipcios,
habían gobernado miles de años antes que los Faraones
históricos”.
Para el Dr. Robert Scocht, Profesor de Geología de la
Universidad de Boston, EE.UU., y el egiptólogo John West,
afirman que las profundas fisuras que pueden observarse hoy
en día, no son producto de la erosión del viento y la
arena, sino es producto de la erosión de agua de lluvia y lo
remontan a una edad de 10.500 A.C. para esta estructura.
Esto derribaría por completo la cronología egipcia y los
orígenes de esta civilización.
Para el francés R.A. Schwaller de Lubicz en Sacred
Science , “una gran civilización tuvo que preceder a
los vastos movimientos de agua que pasaron sobre Egipto, lo
que nos lleva a suponer que la Esfinge ya existía, esculpida
en la roca del acantilado occidental de Gizeh, esta Esfinge
cuyo cuerpo leonino, pero no la cabeza, muestra inequívocas
señales de erosión por el agua”.

Dos fotografías de la Esfinge, donde se puede apreciar el
desgaste
producido
en las rocas
por el fluir del agua y no por la erosión del
viento y la arena, También se observa parte de
la Estela de
granito
que erigiera Tutmosis IV a su memoria. Atrás,
la Gran Pirámide.
-Foto: Guillermo Daniel Giménez-
Las fisuras producidas por el fluir del agua nos remontan en
base a evidencias climáticas y geológicas, aportadas por
rigurosos estudios científicos, a una fecha mucho más
antigua que más tarde se repetiría también para la Gran
Pirámide.
En la década del 90 el Dr. Thomas Dobecki descubre
realizando pruebas acústicas alrededor de la Esfinge una
gran anomalía de forma rectangular bajo la pata derecha de
la Esfinge. Sus dimensiones son de 9 metros por 12 y de unos
5 metros de profundidad.
Se descarta, de acuerdo a su forma rectangular, que se trate
de una cavidad natural, “pareciera estar hecha por el
hombre” en palabras del propio Dr. Dobecki quien dejó en
claro que estaba buscando evidencias de “una civilización
perdida y una Cámara Secreta bajo las patas de la Esfinge”.
Las investigaciones continuaron en silencio para el público
en general, confirmando entre 1995 y febrero de 1997 la
cámara bajo la pata derecha de la Esfinge utilizando para
ello sofisticados escáner.
Se descubrió también gracias a los Dres. Dobecki y Scocht un
túnel que iba directo hacia la segunda Pirámide de Gizeh.
Es el investigador Boris Said quien descubre en febrero de
1997 un nuevo túnel detrás de la Esfinge. La tapa tenía unos
45 centímetros de espesor, y a 2.5 metros por debajo de ella
había un espacio de 2.5 metros de ancho con un techo
abovedado teniendo una inclinación descendente de 25 grados
en dirección a la Esfinge.
Nuevos túneles y cámaras son descubiertos actualmente, pero
el Gobierno egipcio no ha autorizado a ingresar a los
mismos, ó bien no lo han informado.
En resumen, podemos decir en base a las investigaciones
llevadas a cabo de acuerdo al informe del Profesor Robert
Scocht, prestigioso Geólogo, Estratígrafo y Paleontólogo,
especializado en estudios de los efectos de la intemperie en
rocas muy similares a las piedras calizas de la meseta de
Gizeh, que la Esfinge ya existía desde mucho tiempo atrás.
Que no es producto de la construcción del Faraón Kefrén y
que sus desgastes productos de lluvias, no lo había
desde miles de años antes del 2.500 A.C. época en que dicen
los egiptólogos fue construida la Esfinge.
Las pruebas geológicas indican como mínimo la fecha
de 7.000 y 5.000 A.C., y si hoy para los egiptólogos esa
fecha es considerada de acuerdo a la Historia oficial como
que la región y el Nilo, estaba poblada por cazadores y
recolectores neolíticos, siendo sus herramientas hechas de
sílex y estacas. ¿Entonces? ¿Ellos construyeron la Esfinge,
los Templos y quizá las Pirámides de Gizeh? ¿Cómo?,
levantando toneladas de roca y con una precisión exacta,
siendo sus herramientas, ¿cuáles?
Sin duda alguna, otra civilización avanzada existió en la
Antigüedad en esta región de Gizeh aún sin identificar, que
se ha perdido a través de los milenios ó quizá esté
sepultada bajo las arenas de Egipto.
Para John West lo formulado por Schoch de acuerdo a la data
de 7.000-5.000 A.C. ha sido muy cauto. El sostiene
“...que la Esfinge tiene que ser anterior al final de la
última glaciación...” (Serpent, John A. West).
Nos dice que la civilización que construyó la Esfinge y los
Templos antiguos tuvo que desaparecer mucho antes de
7.000-5.000 A.C. y que quizá sus restos estén ocultos bajo
la arena ó en lugares aún no explorados ó en las antiguas
márgenes del Río Nilo ó en el Mar Mediterráneo, que durante
la última glaciación estaba seco.
En fin, la ciencia ha hablado, ha dado una fecha más antigua
que lo que hoy nos dice la historia oficial.
La Esfinge, Centinela de las Pirámides de Kheops, Kefrén y
Micerinos en la Región de Gizeh, están dispuestas en una
perfecta “conexión estelar” con las estrellas, con el
Cinturón de Orión. Para el investigador Robert Bauval la
Esfinge estaba apuntando hacia el Cinturón de Orión en el
año 10.500 A.C. en plena era del León. Nos dice que quienes
diseñaron Gizeh lo hicieron para conmemorar el “Tiempo
Primigenio” ó la “Edad de Osiris” y que esta
fecha fue alrededor del 10.500 A.C.
La Esfinge contempla en silencio el paso de entusiastas y
estudiosos. Es testigo de nuestra civilización y lo fue de
otras civilizaciones asombrosas perdidas en la noche de los
tiempos.
Recientemente un estudio fotográfico tomado por el satélite
SIR-C/X-SAR de la Agencia Aeroespacial estadounidense de la
NASA, a esta Región, nos muestra según la densidad de las
rocas, que existió otra construcción cercana a ella. ¿Qué
fue?, ¿Otra Esfinge?
Algunos estudiosos, consideran que falta otra Esfinge ya
nombrada en antiguos textos, como en la “Estela del
Sueño” de Tutmosis IV en la que aparecen dos Esfinges.
Es el investigador alejandrino Bassam el Shammaa quien busca
la segunda Esfinge desaparecida en circunstancias
desconocidas y mantiene la real existencia de ésta.
Queda aún mucho más por investigar e informar.
Y así dejamos la Meseta de Gizeh rumbo a El Cairo,
contemplando nuevamente en silencio a la Esfinge, junto a
sus Templos y las perfectas Pirámides de Kheops, Kefrén y
Micerinos, viendo la majestuosidad de sus construcciones y
pensando en su “conexión estelar” y en quiénes,
cuándo y por qué las construyeron.
Las visitamos de día y de noche, sintiendo una presencia
mágica en toda esta región, observando sobre ellas a las
estrellas, bajo un cielo totalmente limpio y silencioso,
quienes son observadoras y testigos de la civilización que
las construyó, manteniéndose mudas a lo largo de miles de
años.
Monumentos perfectos que guardan en silencio el secreto de
sus orígenes.
El misterio de Egipto continúa, como continúa también oculto
mucho más de lo que vemos hoy en día.
Fuentes de consulta e investigación:
-
Guardián del Génesis, de
Robert Bauval y Graham Hancock
-
Investigaciones propias de
Guillermo D. Giménez realizadas en Egipto (Africa) y
diversos países de Europa
EL AUTOR
es Analista en Sistemas y especializado en estudios de
Ciencias Naturales. Investiga el fenómeno OVNI desde 1977.
Sus trabajos han sido
publicados en
diversas revistas especializadas así como en diferentes
sitios web.
© Guillermo Daniel Giménez,
2009 – Todos los derechos reservados.
Reproducido con permiso expreso del autor
Prohibida su reproducción sin autorización previa del autor
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