Las noticias de adelantos en la
reproducción humana artificial - el tratamiento de
infertilidad, la fertilización in vitro (FIV),
la mejora genética, la clonación - se han vuelto cosa
corriente. Sin embargo, un titular sobre un reciente informe
me llamó la atención y despertó mi curiosidad: “LA FIV CREA
FETOS CON TRES PADRES”
El informe, publicado en la edición del
18 de octubre de 2003 de New Scientist, se ocupaba de
“una mujer que había quedado embarazada mediante un
procedimiento que combina un polémico método de FIV con una
de las técnicas usadas para la clonación.”
La proeza fue llevada a cabo por equipos
científicos americanos en una universidad de ciencia médica
china e involucró a una mujer que no podía concebir, ni
siquiera mediante las técnicas de la FIV, porque sus
embriones dejaban de desarrollarse luego de dos días. El
nuevo procedimiento, utilizando los métodos de la FIV
(fertilización in vitro), primero extraía el huevo de la
mujer, lo fertilizaba con la esperma de su marido fuera del
útero, y luego - y ésa era la innovación - obtenía los
huevos de otra mujer (“la donante”), vaciaba sus núcleos
genéticos, reinyectaba en estos huevos donados el material
fertilizado del huevo de la mujer, y luego reimplantaba los
huevos manipulados en los úteros (de la mujer o de una
donante).
El cambio fundamental en los
procedimientos previamente registrados fue esa utilización
del huevo de la donante sin su ADN normal, el ADN que sólo
proviene de la mujer - el ADN mitocondrial o mtADN - había
sido conservado en el huevo recombinado. Al no tener el
mtADN de la mujer sino aquel de la donante, se logró la
concepción y el embarazo.
Por consiguiente, no sólo por el
procedimiento sino también genéticamente, el feto tenía tres
padres: la mujer, el compañero masculino, y la donante
femenina.
Ahora, leamos los
textos sumerios…
Este informe llamó mi atención porque se
parece mucho a los problemas, y a las soluciones,
encontrados por Enki y Ninmah (conocido luego como Ninti)
cuando se ocuparon en la ingeniería genética para crear “El
Adán” - El Terrícola – mejorando al salvaje Homo Erectus,
encontrado en el sudeste de África, para convertirlo en Homo
Sapiens (usted y yo).
Los textos sumerios de la creación - sí,
textos, no uno sino varios – han sido dados a conocer por mí
en mi primer libro, El 12 Planeta, ampliados
en Génesis Revisitado, y presentados luego con
mayor detalle en El Libro Perdido de Enki
(2002). Los métodos utilizados, el ensayo y error, la
participación del joven hijo de Enki, Ningishzidda, está
todo allí. Pero después de la exitosa creación del Adamu
masculino, los esfuerzos por crear una compañera hembra
fallaron. Fue entonces que Enki comprendió que el problema
podría ser la reimplantación del huevo fertilizado en el
útero de una hembra terrícola.
“Para que una compañera para Adamu sea
creada, ¡el útero de una hembra Anunnaki es necesario para
su concepción!” dijo Enki.
El éxito vino después que la esposa de
Enki, Ninki, se ofreció a tener el huevo recombinado
implantado en su útero. El cambio, revelan los recientes
experimentos, fue que la fuente del mtADN era de Ninki, una
hembra Anunnaki, y no de la madre terrícola.
Ti-Amat - la bíblica Eva - tenía
por lo tanto el ADN de tres padres.
Una vez más, la ciencia moderna corrobora
el conocimiento sumerio.
Y hablando de
arcilla...
Mientras estaba escribiendo este
artículo, otra noticia captaba la atención de los medios de
comunicación (y la mía). Bajo el título “TAL VEZ VENIMOS DE
LA ARCILLA DESPUÉS DE TODO”, se informaba (por citar la
versión de MSNBC News), desde Washington DC, el 23 de
octubre de 2003, que la ciencia apoyaba a la religión en un
estudio que hacía pensar que en efecto la vida pudo haber
surgido de la arcilla – como muchas creencias religiosas
enseñan.
Un equipo del Howard Hughes Medical
Institute y el Massachusetts General Hospital de
Boston decía que había demostrado que los materiales de
arcilla toleraban procesos similares a aquellos que pueden
haber dado lugar a la vida. Específicamente, una mezcla de
arcilla llamada montmorillonite no sólo ayuda a
formar pequeñas cantidades de grasa y líquido, sino que
ayuda a las células a usar el material genético llamado ARN;
que, a su vez, es uno de los procesos claves de la vida.
El informe menciona luego a los
científicos involucrados en los detalles adicionales de los
procedimientos basados en la utilidad de la arcilla, y
remite a los lectores a los versos pertinentes del Génesis.
En El 12 Planeta cité yo
los textos sumerios correspondientes (que precedieron al
relato bíblico por varios milenios) que se refieren a la
utilización de la arcilla. En El Libro Perdido de Enki
se describen los repetidos fracasos para obtener un recién
nacido no defectuoso, con el éxito que sólo vino después de
que Enki comprendió que:
Tal vez la deficiencia no esté en la
mezcla...
Tal vez tampoco está el obstáculo en el
óvulo de la hembra,
ni en la esencia.
¿Tal vez lo que está faltando sea eso,
de lo que la misma Tierra está formada?
Y el éxito en la obtención del modelo
perfecto de Adamu vino después de que Ninmah siguió
sus instrucciones y en lugar de combinar los genes en un
recipiente de cristal, se hizo en una vasija de ARCILLA DE
LA TIERRA. (El Libro Perdido de Enki, página 136).
También, en este detalle, la ciencia
moderna está siguiendo las "tecnologías de los dioses."
EL
AUTOR es
periodista, escritor y lingüista experto en hebreo antiguo y
otras lenguas semíticas y europeas. Pionero en la
investigación de la hipótesis de las paleovisitas
extraterrestres y profundo conocedor del Antiguo Testamento
y de la historia y arqueología del Cercano Oriente, es el
autor de la mundialmente exitosa serie Crónicas de la
Tierra, que inició con el best seller El 12vo.Planeta.
Su último libro en español es El Libro Perdido de Enki.
© Zecharia Sitchin, 2003 – Todos los derechos reservados
Traducido y reproducido con permiso expreso del autor.
Prohibida su reproducción sin autorización previa del autor
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